sábado, 22 de octubre de 2011

Peter Stamm

Del escritor suizo Peter Stamm (1963) he leído últimamente tres libros:

Los voladores
Tal día como hoy, Los voladores y Siete años (los tres en Acantilado). Su lectura me ha provocado sentimientos encontrados. Mientras que el primero de los títulos me dejó un tanto indiferente (demasiadas relaciones gratuitas, inmadurez emocional de los personajes), y los relatos del segundo libro me han gustado unos más que otros, Siete años, su última novela, me parece excelente. Una obra bien trabada y que atrapa al lector hasta el final.


Peter Stamm
Tal día como hoy



De la mencionada novela escribí una reseña para "Babelia. Aparece hoy  acompañando a una entrevista con Peter Stamm. Por razones de espacio tuvieron que recortar algo el texto que les envié. 


Dejo aquí el enlace con "Babelia": "Siete años", de Peter Stamm
Siete años

Y a continuación consigno aquí el original de la reseña.



Amores y desamores



El escritor suizo Peter Stamm (Weinfelden, 1963) narra sus historias con exquisita sencillez y máxima claridad. Su estilo es lacónico y raudo, más americano (Hemingway) que alemán (Thomas Mann). Huye de las descripciones prolijas y, con apenas unas palabras, traza atmósferas o paisajes (la blanca vastedad de Noruega, los húmedos prados suizos, la clara luz de Marsella y París, o los umbríos bosques de Baviera), mientras que a sus personajes, los hombres y mujeres tan reales y comunes que vivifican sus novelas —Agnes, Paisaje aproximado, Tal día como hoy— o sus libros de relatos Lluvia de hielo, En jardines ajenos, Los voladores (todos ellos en Acantilado)—, los dota de asombrosas y extrañas dimensiones. De modo que al lector le queda la libertad de imaginar los escenarios para mejor concentrarse en las acciones y los sentimientos de las figuras humanas y sus mutuas relaciones, que cobran una inusitada relevancia en la obra de Stamm.
Siete años, cuarta novela del escritor —muy bien traducida al castellano— transcurre en el Múnich estudiantil de la década de los años noventa del siglo XX y en la actualidad. Alex, arquitecto de profesión, se casará con la bella Sonja, arquitecta entusiasmada con Le Corbusier; ambos se conocen desde jóvenes y terminarán dirigiendo un estudio propio e instalándose en el elegante e idílico entorno del lago de Starnberg, integrados en el ambiente de la mejor sociedad burguesa de Baviera. Encajan como pareja convencional, mas la apariencia engaña; debido a una impulsiva broma de juventud, Alex había seducido a una muchacha polaca, pobre y anodina que reside en Alemania como ilegal: Ivona. Algo demoníaco lo atrae cada cierto tiempo hacia ella; ni siquiera la ama, sólo la desea con furia. Esa obsesión no lo abandona a pesar de su matrimonio.
Los “siete años” del título aluden a la historia bíblica de Jacob, Raquel y Lea; esta última es la mujer a la que el patriarca desposa por equivocación al cabo de siete años de duro trabajo, y a la que desprecia; otros tantos años tendrían que pasar para casarse con Raquel, la preferida. En el relato de Stamm, Ivona, que se enamoró de Alex a primera vista, está siempre disponible para él —incluso después de siete años—; aquél la desprecia pero la deja embarazada, mientras que con la bella Sonja no logra concebir un hijo.
Stamm atrapa al lector con este drama contemporáneo de encuentros y desencuentros, de amores y desamores, sin soltarlo hasta el final. Ha escrito una novela redonda en todos los sentidos: el ambiente muniqués de las clases pudientes, sus prejuicios, el maremagno psicológico de sus personajes o esas vidas cotidianas sin heroísmo ni épica que resultan inquietantes por su realismo. Acaso los protagonistas sean emocionalmente inmaduros —igual que en las anteriores novelas de Stamm, a las que la presente sobrepasa en nervio narrativo—, pero es ahí donde radica su vital actualidad. Siempre inmersos en marañas de sentimientos y emociones, poco cuesta verlos como arquetipos de nuestra opulenta sociedad, pues buscan en sus semejantes una felicidad ideal que no encuentran en sí mismos. En sus vidas tecnificadas y materiales no cabe la trascendencia, y sus relaciones eróticas, abocadas al fracaso y sobredimensionadas, ocupan su tiempo, mientras destruyen sus imprecisos anhelos y los colman de vacío. En suma, Stamm ha creado una obra maestra de hoy, una excelente novela que merece la pena leer. Luis Fernando Moreno Claros